MORDIDA POR UN PERRO EN LÍBANO
A las ocho de la mañana del veintinueve de septiembre, salí a correr. Como muchas otras mañanas, hacía una temperatura cálida ideal para pasear. Tras 15 minutos corriendo, decidí parar a coger aire porque estaba agotada y me faltaba el aliento —no soy una persona muy deportista como podéis imaginar—. Paré cerca de un conjunto […]